¿Cómo se decora un espacio coworking?

Los espacios coworking están triunfando en todo el mundo, y el motivo es claro: son mucho más que simples oficinas compartidas, ya que constituyen lugares que fomentan la creatividad, la colaboración y la productividad ¡y, además, cuentan con facilidades de las que no disponemos en otros lugares!

Sin embargo, para conseguir esta ambientación tan lograda, la decoración debe estar cuidadosamente pensada. Y es que, la forma en la que una zona coworking está diseñada influye directamente en la experiencia de aquellos que la usan, ya que un lugar bien decorado invita a la interacción, a la concentración y, por supuesto, a sentirse cómodo.

¿Cómo se logra esa decoración? ¿Qué aspectos tienen en cuenta los diseñadores? Lo veremos a continuación.

¿Qué es un espacio coworking?

Primero, aclaremos qué es un espacio coworking.

Se trata de un lugar compartido en el que trabajadores de diferentes sectores, emprendedores y profesionales independientes alquilan espacios de trabajo (que pueden ser desde una mesa individual, hasta una oficina o zonas comunes) para desempeñar sus actividades.

A diferencia de las oficinas tradicionales, los espacios coworking están diseñados para facilitar la colaboración y el “networking” entre sus usuarios. Son flexibles, dinámicos y buscan adaptarse a las necesidades cambiantes de los trabajadores modernos, que cada vez valoran más la libertad, el bienestar y un ambiente motivador.

Como decíamos al principio, para conseguir que una zona coworking funcione adecuadamente, debe estar supervisada a través de una buena decoración, lo cual va mucho más allá de una simple cuestión estética; el diseño puede influir en cómo las personas se sienten y cómo trabajan en ese espacio. Está demostrado que un entorno bien decorado puede aumentar la productividad, reducir el estrés y fomentar la creatividad.

Asimismo, un espacio coworking también refleja la filosofía y los valores de la comunidad que lo utiliza. ¿Es un lugar dirigido a startups tecnológicas? ¿A creativos como diseñadores y artistas? ¿O quizás a profesionales de marketing y publicidad?

Sin duda, el diseño debe alinearse con las personas que lo van a habitar, por lo que se debe crear una atmósfera que les motive a dar lo mejor de sí mismos en todo momento.

Decoración en el coworking: pasos clave.

  1. Temática.

A la hora de decorar un coworking, es recomendable definir una temática o estilo que vaya en concordancia con el tipo de profesionales que lo van a utilizar.

Por ejemplo, el estilo industrial es muy popular para quienes buscan un ambiente moderno y urbano. Las paredes de ladrillo visto, las tuberías expuestas y los muebles de metal y madera también pueden aportar un diseño actual y contemporáneo, ideal para startups tecnológicas o empresas emergentes. Este tipo de diseño transmite una sensación de creatividad y movimiento constante, perfecto para quienes buscan inspiración en un entorno dinámico.

Por otro lado, un coworking más orientado a sectores creativos puede optar por una decoración más relajada y artística. Murales en las paredes, muebles de colores vivos y plantas repartidas por el espacio podrán crear una atmósfera que invita a la imaginación. Además, las colaboraciones con artistas también pueden convertir dicho espacio en una especie de galería, lo que lo hace aún más atractivo para diseñadores, ilustradores y otros creativos.

  1. El color.

El color también juega un papel fundamental en cualquier espacio de trabajo, y una zona coworking no es la excepción. Los colores pueden influir en el estado de ánimo y en la forma en la que las personas se sienten en el entorno: por eso, elegir la paleta adecuada es crucial.

Para crear una atmósfera que favorezca la concentración y la calma, los tonos neutros como grises suaves, blancos y beiges suelen funcionar muy bien. Son colores que transmiten serenidad y ayudan a que las personas se concentren en sus tareas sin distracciones visuales. No obstante, esto no significa que todo tenga que ser monocromático. Incluir algunos detalles en colores vivos como azul, verde o amarillo puede aportar el toque de energía que se necesita en determinados momentos del día.

El verde, por ejemplo, está asociado con la naturaleza y puede dar una sensación de naturaleza y tranquilidad, perfecto para zonas de descanso o zonas comunes. El azul claro, por otra parte, se asocia con la productividad y es ideal para rincones en los que se busca fomentar la concentración.

  1. Iluminación.

La luz es otro factor muy importante a tener en cuenta respecto a la decoración de una zona coworking. Una buena iluminación puede hacer que el espacio se vea más amplio, acogedor y agradable. Lo ideal es aprovechar al máximo la luz natural, ya que no solo es más económica, sino que también tiene efectos positivos en el estado de ánimo y la productividad de las personas.

Las ventanas grandes, los tragaluces y los espacios abiertos permiten que la luz fluya de manera natural. Pero cuando la luz del sol no es suficiente, se puede complementar con iluminación artificial que imite ese efecto. Las lámparas de pie o colgantes con bombillas de luz cálida crean un ambiente acogedor y favorecen la relajación en las zonas comunes.

En cambio, en las zonas de trabajo más intensivo (como los escritorios individuales o las oficinas privadas) es mejor colocar luces blancas frías que favorecen la concentración y ayudan a mantener la atención durante largas jornadas laborales.

  1. Mobiliario funcional y cómodo.

Es un hecho: el mobiliario de un espacio coworking debe ser cómodo, funcional, y como bien recalcan CN Centros de Negocios, ergonómico. No se trata solo de tener mesas y sillas, sino de ofrecer opciones que se adapten a las distintas necesidades de los trabajadores. Hay personas que necesitan una mesa amplia para trabajar con su ordenador y documentos, mientras que otras pueden preferir un sillón cómodo donde sentarse a leer o a tener una videollamada; hay que tener en cuenta todas las opciones para que todo el mundo se sienta cómodo.

Por otro lado, se recomienda contar con una mezcla de espacios de trabajo formales e informales. Las mesas grandes compartidas son ideales para quienes disfrutan de la interacción y la colaboración, mientras que las oficinas privadas o cabinas insonorizadas son perfectas para aquellos que necesitan privacidad y concentración.

También cabe destacar que el mobiliario modular puede ser también una excelente opción, ya que permite reconfigurar el espacio fácilmente según las necesidades del momento.

  1. Tecnología sí ¡pero sin pasarse!

La tecnología es esencial en cualquier espacio de trabajo moderno, y en un coworking, esto no es diferente. El Wifi de alta velocidad, los enchufes, proyectores y pantallas para presentaciones, son elementos imprescindibles; sin embargo, es importante que la tecnología no interfiera con la estética ni con la comodidad del espacio.

La clave está en integrarla de manera sutil: Por ejemplo, los cables deben estar organizados y fuera de la vista para evitar que el lugar se vea desordenado o caótico. Además, se pueden incorporar mesas con enchufes integrados, lo que facilitará el día a día de los trabajadores sin que el espacio pierda su aspecto limpio y moderno.

  1. Zonas que inciten a la socialización.

Un coworking no es solo para trabajar, también es un lugar para conectar y socializar. Las áreas comunes juegan un papel muy importante en este sentido, ya que permiten que las personas se relajen, hablen y colaboren entre sí de forma más informal.

Estas zonas deben estar decoradas de manera que inviten a quedarse y compartir.

Un rincón con sofás cómodos, mesas bajas y alguna que otra planta puede convertirse en el lugar perfecto para una pausa de café o una conversación entre colegas. También es una buena idea incluir elementos como mesas de ping-pong, futbolines o incluso una pequeña biblioteca, que fomenten la desconexión y el ocio entre los trabajadores.

  1. La naturaleza siempre presente.

Incorporar elementos naturales dentro de un espacio coworking es una tendencia que ha ganado mucha fuerza, y no es solo por estética; las plantas aportan frescura y vitalidad al ambiente, y además ofrecen beneficios para la salud y la tranquilidad.

Está comprobado que la presencia de plantas mejora la calidad del aire, reduce el estrés y aumenta la sensación de bienestar, lo cual es clave para un entorno laboral en el que las personas deban pasar largas horas.

Una idea interesante es distribuir plantas de diferentes tamaños por todo el espacio: podemos incorporar plantas colgantes en los rincones comunes, pequeños cactus o suculentas en cada escritorio ¡hay muchas maneras de hacerlo! De hecho, los jardines verticales o los espacios con plantas más grandes en zonas de descanso también pueden ser un excelente recurso decorativo y funcional. Su presencia sin duda invitará a la desconexión y al relax, permitiendo que los trabajadores recarguen energías entre una tarea y otra.

En espacios coworking que busquen destacar por un diseño más sostenible y eco-friendly, incluso se pueden incorporar materiales naturales en el mobiliario, como mesas de madera reciclada o alfombras de fibras naturales. De esta manera, se crea una conexión con la naturaleza que va más allá de lo estético, alineándose con valores de sostenibilidad que muchos trabajadores modernos comparten.

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