El auge del veganismo

El mundo cambia a una velocidad alarmante. No solo en tecnología o en relaciones sociales, sino en formas las de alimentación. Y, solo por ello, las industrias de alimentos y los restaurantes se han visto obligados a cambiar con ellos. Porque, en un mundo tan, tan cambiante, solo existe dos posibilidades: adaptarse o morir.

De hecho, cada vez existen más dietas y tipos de alimentación distintas… por lo que conocer más a fondo la que está más en auge en este momento es algo a tener en cuenta para no caer en el abismo del olvido.

 

La carne, cada vez más presente en todos nuestros platos

Antiguamente, hace muchos, muchos años, una familia mataba a un cerdo y, con él, comía una familia entera todo el año. Aprovechaban todo sobre ese animal, y esa era la carne que comían, repartiéndola equitativamente y cocinándola de mil formas distintas.

¿Acaso no has escuchado a tus padres contar esto?

Sin embargo, basta con echar un rápido vistazo a nuestro alrededor en cualquier supermercado para descubrir que, hoy en día, las cosas funcionan de forma muy, muy distinta. A mí misma se me abren las carnes cuando entro a cualquier supermercado grande de cualquier ciudad de España y completo la parte de la carne y la carnicería, y veo cosas como cabezas de cerdo o pollos entero. La cuestión no es esta, sino la cantidad de carne innecesaria que comen a diario todas las personas del mundo.

¿Por qué digo innecesaria? ¡Porque lo es!

 

El peligro de la sobrealimentación cárnica

Todos los científicos y nutricionistas coinciden en lo mismo. De hecho, el Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) dice que el consumo debería ser, como máximo, tres raciones semanales. Cito textualmente: “Una ración es un filete o una chuleta de unos 150 gramos”, y lo necesario, según dicen muchos nutricionistas, sería dos raciones de carne blanca (pollo, por ejemplo) y dos raciones de carne roja (vaca, por ejemplo).

Actualmente, esto dista muchísimo de la realidad. ¿Acaso no es cierto? Mira en tu dieta, y dime, con total sinceridad, cuántos días a la semana comes carne. Te aseguro que la mayoría de los habitantes españoles cuadruplican esa cantidad recomendada.

Voy más allá: se ha hecho un estudio del consumo cárnico en España y se ha comprobado que este asciende a 45kg por persona y año, lo que supone una ingesta de 900g por semana, mucho más de lo recomendado.

El problema viene, como todo, en que el exceso y la sobrealimentación de cierto tipo de alimentos es perjudicial para la salud. ¿Sabes que la carne es proinflamatoria? Esto es, según la terminología médica, “aquello que aumenta la hinchazón producida por el rechazo de un organismo a una agresión externa«. Es decir, que el organismo rechaza algún producto y, para protegerse, se inflama, lo cual es dañino para su correcto funcionamiento.

Pero no solo eso: se ha demostrado que el cáncer se relaciona íntimamente con la inflamación anómala y continuada de alguna parte del cuerpo. Podemos sacar de esta teoría que las inflamaciones continuadas pueden aumentar exponencialmente las posibilidades de padecer cáncer en un futuro.

Carnes, quesos, mantequilla… son totalmente proinflamatorios. En cambio, alimentos como el pescado, los frutos secos, el aceite de oliva, vegetales… son, por el extremo opuesto, antinflamatorios. De hecho, según dicen en varias páginas médicas que hablan sobre el cáncer, “el carácter inflamatorio dietético positivo se relaciona con mayor riesgo de algunos tipos de cáncer”.

Es hora de mirar a nuestro cuerpo y pensar: ¿de verdad necesitamos comer carne todos los días de la semana? Primero, porque no es sano. Y, segundo, porque acabas de ver que es totalmente perjudicial para tu salud y la de los tuyos.

Plantéatelo en serio.

 

Sin embargo, no es esta la razón que acompaña a los veganos

Un vegano es toda aquella persona que basa su dieta en alimentos que no provengan de animales. Es decir, ni carne ni nada que provenga de animales, tales como huevos o leche. Y, como estos alimentos tienen elementos nutricionales que son importantísimos para el ser humano, deben sustituirlos por, o bien pastillas vitamínicas, o por otro tipo de alimentos que contengan lo mismo que la carne.

¿De donde nace esta tendencia vegana? De la conciencia humana.

Las personas cada vez están más concienciadas con el maltrato animal y con lo necesario que es para estos animales (que no tienen voz ni forma de defenderse) que alguien luche por ellos y por sus derechos.

El porqué es muy simple: contradictoriamente a lo que todo el mundo ha pensado y creído a lo largo de los años, aunque los animales no puedan hablar… sienten, aman y tienen sentimientos. Puedes leerlo en varios artículos de internet.

En ellos, se explica que las emociones y sentimientos son muy complejos y tienen muchos matices, que son difíciles de catalogar porque cada persona los siente y sufre de manera distinta. De igual manera para en los animales. ¿Cómo podemos medir el amor? ¿Y el miedo, la amenaza, la pasión? ¿Qué nos hace pensar que, el simple hecho de que un animal no pueda hablar, no puede sentir? ¿Qué explicación le damos al hecho de que una vaca, al enterarse de que va camino de un matadero… llore? Si un animal no pudiese sentir porque son todo instinto, la vaca tampoco podría relacionar un matadero con lo que les hacen a los pobres animales allí. Por lo tanto, su cerebro no podría sentir miedo y no tendría por qué llorar por ello.

Por lo tanto, que los animales sienten y padecen está cada vez más demostrado… y es por ello que muchas personas, amantes de los animales y concienciadas con la importancia del respeto a todos los seres vivos, se están pasando al veganismo. Con la única idea en mente de no consumir nada que venga de animales para no repercutir en el consumo excesivo de carnes y del daño que les produce.

 

Las empresas y restaurantes se unen a los veganos

Debido al aumento de veganos en España estos últimos años, cada vez es más común ver, en las cartas de los restaurantes o en los estantes de los supermercados, ciertas secciones dedicadas única y exclusivamente a los veganos y a los vegetarianos. De hecho, muchas personas veganas tienen que irse de ciertos restaurantes por no encontrar en sus menús platos veganos a su disposición.

Desde EFC – Dynamic Certification, expertos en certificaciones como el certificado de inocuidad y seguridad alimentaria, quieren darles un consejo a esas personas veganas que entran en un comercio o a un restaurante en busca de platos veganos: “Es esencial que los veganos busquen el símbolo vegano en todos los productos, porque este garantiza 100% que ese alimento no contiene nada que pueda resultar dañino para su moral. Esto es así porque este certificado garantiza que ese alimento no contiene nada de origen animal, y está comprobado que es así”.

Aun así, hay que saber cómo hacerlo…

 

Veganos y su constante lucha por mantener una correcta salud sin dañar su moral

Uno de los problemas más importantes que tienen los veganos es mantener una buena alimentación sin traicionar sus creencias y su moralidad. Porque para ellos es tan importante comer variado como no traicionar sus principios.

Esto, claro, puede traer ciertos problemas de salud. No comer animales ni cosas derivadas de ellos les obligan a comer cierto tipo de cosas que suplan las vitaminas y nutrientes que el resto de las personas sacan de los animales.

Ahora vamos a verlos.

  • Proteína, la base esencial de cualquier producto cárnico. Los veganos han de sustituir estos alimentos por legumbres, nueces o cereales. Como curiosidad, la soja tiene tantas proteínas como la proteína animal.
  • Calcio, importantísimo para los huesos y presentes en la leche. Para que no sufran de osteoporosis, han de sustituir productos lácteos por almendras, brócoli, frijoles, col rizada, tofu o agua mineral rica en calcio.
  • Vitamina B12, la primera que decae en los veganos, que puede provocar anemia o dañar el sistema nervioso. Puede ser sustituida por arroz integral, cereales altos en vitamina B12 o suplementos dietéticos especiales para ella.
  • Vitamina D, la salud de los huesos y dientes. Pueden ingerirse en alimentos como la margarina o preparados especiales. También es la vitamina que se absorbe del sol, así que puede estar baja en países fríos y lluviosos.
  • Hierro, lo que provoca infecciones. Puedes sustituirla por legumbres tales como las lentejas, las nueces o las semillas.
  • Yodo, que favorece el metabolismo. Su deficiencia puede afectar a la glándula tiroides. Un vegano ingerirá sal yodada o algas marinas para suplirla.
  • Zinc, cuya deficiencia puede alterar el crecimiento, infecciones o mayor dificultad en la cicatrización de heridas. Puedes sustituirlo con cereales, legumbres, nueces o semillas.

 

Lo más importante, no obstante, siempre será tu salud

Tan importante es respetar tu conciencia como tener una salud equilibrada. Por ello, el mayor consejo que podemos darte es, ante todo, que compruebes con tu médico si tu salud es apta para una dieta vegana. No todos los veganos pueden seguir una dieta estrecha sin carne o productos que no sean de origen animal, porque pueden empeorar garrafalmente su salud.

Por ello, antes que nada, habla con tu médico y pídele consejo.

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