O sin vela. Depende del tipo de embarcación que surque el mar. Hoy toca hablar de yates, los veleros que cortan el mar, los dejamos para otra ocasión. La náutica se asocia al poder adquisitivo, no es para todos eso de navegar. Pero vamos a acercarnos un poco al lujo que rodea el mundo de la navegación, en esta ocasión, de la mano de los yates de lujo.
Nuestros amigos de Absolutye Breton, amantes de los acabados de lujo, nos cuentan que tipo de decoración se lleva en estas embarcaciones de ensueño. Como es de esperar, el lujo, la funcionalidad y los acabados en piel, maderas nobles o vidrio son el top de la náutica.
Tener un yate no es algo que esté al alcance de todos, al contrario, la navegación es para algunos privilegiados. Este insignificante detalle no impide que cuando paseamos por algún puerto nos quedemos hipnotizados ante la belleza de algunas embarcaciones. Eso nos invita a pensar cómo serán por dentro.
Partes de un yate
Antes de adentrarnos mínimamente en el lujo de su interior, sepamos donde esta cada parte del yate. Algunos son tan grandes que puedes perderte solo en la cubierta.
Empecemos por la proa, la parte delantera. Esa que tiene forma de flecha o punta, diseñado de esta manera para poder embestir las olas del mar… y cortarlo.
En el lado opuesto, la popa. La parte trasera del barco, donde se encuentra el timón y las hélices que lo impulsan.
Estribor a la izquierda y babor, a la derecha. Hasta aquí, a todos nos suenan estos términos. Los hemos escuchado infinidad de veces.
Ahora seguimos con los tecnicismos que nos sonaran un poco diferente: las amuras, una a babor y otra a estribor. Son las partes anchas del barco, al unirse, dan como resultado esa forma apuntalada de la proa.
La línea de crujía, algo así como el meridiano cero de la tierra, no se ve pero se intuye. Su denominación indica la línea imaginaria que divide el barco longitudinalmente, dando lugar a las bandas de estribor y de babor.
Cuando la embarcación está en el agua, otra línea imaginaria denominada línea de flotación, separa la obra viva o carena (parte del barco que queda fuera del agua) y la obra muerta (la parte que queda sumergida).
El conjunto de la embarcación, donde se contiene todo, es el casco.
La cubierta o cubiertas, son los diferentes pisos que puede tener un barco.
Estas son las partes más básicas de cualquier barco. Luego según a que se destine la embarcación, puedes encontrar otro tipo de nomenclatura mas especifica.
Interior a todo lujo
Lo que encuentres en el interior del yate, ya depende del gusto del propietario o propietaria. EL tamaño de la embarcación aumentará o disminuirá las posibilidades, obviamente. Hay yates de más de sesenta metros de eslora. Son verdaderas mansiones flotantes en las que cabe todo.
Las tendencias en decoración de interiores de los yates son claramente destinadas al lujo, el confort y por supuesto, la funcionalidad dadas las condiciones especiales que poseen. Actualmente, las tendencias utilizadas en las residencias comunes, se llevan al terreno náutico.
La exclusividad de cada diseño y el aprovechamiento de cada centímetro del espacio disponible, hacen de cada yate una joya particular. No habrá dos iguales.
Los yates incorporan grandes ventanales que permiten ver el paisaje durante toda la travesía. Esas condiciones de luz, influyen directamente en los acabados que se van a utilizar para la decoración del interior. Otros cuentan con balcones y terrazas abiertas que puedes acristalar con mamparas que se oscurecen con los cambios de luz. Eso confiere mayor privacidad a los ocupantes.
Todos los materiales utilizados, deberán ser hidrófugos, resistentes al agua y la sal, y por supuesto fáciles de limpiar. Los acabados, generalmente en piel, cuero o maderas de la mayor calidad. Y un sinfín de detalles que no tienen nada que envidiar a la más lujosa de las villas.
En la mayoría de los yates, encontrarás desde una sala de proyecciones hasta cuartos de baño con bañera e hidromasaje. Muchos de ellos cuentan con dos alturas, cubierta inferior o superior. La cocina no debe faltar, según las dimensiones de la embarcación, pueden contar con cocinas completas e independientes o integradas en el comedor.
Camarotes con literas o camas, según gustos, necesidades o preferencias, dotados con todas las comodidades. Lo cierto es que el diseño de interiores aplicado a estas embarcaciones consigue un aprovechamiento absoluto del espacio y aporta un sello propio y personal.
¿A quien no le gustaría darse un paseo por una de estas espectaculares casas flotantes?