Es cada vez más frecuente que padres de adolescentes acudan a consulta porque sus hijos son agresivos. A veces, esto ocurre porque el pequeño sobrepasa el límite de exposición a las pantallas.
La edad media en España en la que un menor recibe el primer móvil es a los 10,96 años. El responsable de Educación de Unicef Espanya, Nacho Guadix , informa que seis de cada diez adolescentes duerme con el móvil y uno de cada cinco se conecta más allá de las 12 de la noche.
Varios estudios han comprobado que la población infantil pasa al menos dos horas diarias frente a pantallas y este abuso puede ocasionar riesgos irreversibles para el desarrollo cerebral y la salud visual.
Los expertos explican el tiempo máximo de exposición en función de la franja de edad del menor. ¡Sigue leyendo!
–Desde 18 meses y hasta los 2 años: Los pequeños pueden usar los dispositivos electrónicos una hora todos los días, pero deben optar por los audiolibros y cuentos que estimulen el desarrollo.
–Niños de entre 2 y 5 años: Limitar el tiempo diario a una hora.
–Niños mayores de 6 años: El niño puede utilizar la tecnología una hora y media, pero debe combinar esta actividad con el deporte al aire libre.
Los expertos explican que la tecnología ‘genera dopamina’, pero muchos padres utilizan las nuevas tecnologías para entretener a los niños. El uso excesivo de pantallas causa adicción en los pequeños y los siguientes problemas:
–Desarrollo cerebral y emocional: Afecta el desarrollo del lenguaje, la atención, la concentración y la capacidad de resolver problemas.
–Habilidades sociales: Puede limitar las oportunidades de aprender habilidades sociales, como la comunicación no verbal y la resolución de conflictos.
–Calidad del sueño: Las pantallas emiten luz azul, que puede afectar la calidad del sueño.
–Obesidad: Muchos pequeños tienen sobrepeso, porque el tiempo frente a las pantallas puede reducir el tiempo dedicado a actividades físicas.
–Problemas de conducta: La exposición excesiva a las pantallas se asocia con un mayor riesgo de problemas de conducta, como la irritabilidad, agresividad y la impulsividad.
–Problemas de concentración: Los estímulos rápidos y cambiantes presentes en las pantallas puede afectar su capacidad de aprendizaje y dificultar su capacidad para concentrarse en tareas, como leer un libro o jugar.
Un estudio de la Universidad de Girona ha descubierto que los niños de entre 1 y 4 años que pasan muchas horas frente a las pantallas muestran comportamientos agresivos. La investigación ha hecho un seguimiento a 164 niños desde el año 2019.
Sólo el 2,6% de estos niños no tenían ningún contacto con ningún tipo de pantalla, pero los demás utilizaban a diario móviles, tabletas o televisión.
«Se observa una relación entre más horas de consumo de pantallas y mayor retraso en el desarrollo en las áreas personal-social, de motricidad fina y total, de lenguaje expresivo y del área cognitiva», dicen los responsables del estudio.
También explican que cuantas más horas pasen los niños ante una pantalla, mayor riesgo habrá de «comportamiento de ansiedad, reactividad emocional, retraimiento social, dificultades en el desarrollo de las habilidades sociales y en el comportamiento oposicionista desafiante», añaden los autores.
Sin embargo, el juego libre ayuda a disminuir la reactividad emocional y mejora el desarrollo social y del lenguaje. Algunos adolescente no pueden parar de utilizar el móvil, porque son adictos a las nuevas tecnologías.
Esta adicción se produce cuando dejan de ver a los amigos y optan por quedarse con los dispositivos móviles o con sus videojuegos. Muchos jóvenes se refugian en las pantallas, porque han sufrido bullying o tienen problemas familiares.
El perfil de las personas con esta adicción, la mayoría son chicos que sufren una dependencia hacia los videojuegos, sin embargo, las chicas son adictas a las redes sociales. Es muy importante que acudan a terapia para que aprendan a gestionar la ansiedad y sus emociones.
Los profesionales de HAYA PSICOLOGÍA expertos en diferentes áreas de la salud mental, explican que el efecto de la adicción a las pantallas es el mismo que si fueras alcohólico, drogadicto o adicto al azúcar.
En la actualidad todos tenemos un «yo» online y un «yo» de las relaciones sociales, pero es una situación que afecta más a los adolescentes.
El diario ABC explica que «es muy común que los adolescentes no se muestren tal y como son en las redes sociales. El «postureo» obliga a analizar cada publicación por miedo a ser juzgado, lo que les genera inseguridades».
El especialista debe ayudarles a integrar el uso de las tecnologías con quienes son ellos como personas. ¡Es importante el uso responsable de las nuevas tecnologías para evitar la adicción!