Los expertos suelen decir que no hay nada más importante dentro de un edificio que la limpieza, el orden y la higiene. Es cierto que, sobre el papel, pocos hacemos caso de lo que nos dice este tipo de profesionales. Pero no cabe duda de que llevan toda la razón del mundo. Y es que aspectos como los que acabamos de destacar son muy importantes para que dentro del edificio en cuestión reine la seguridad y la tranquilidad. De lo contrario, la verdad es que estamos poniendo en peligro tanto a las personas como al mobiliario del propio edificio, lo cual es una negligencia en toda regla.
Cuando ese edificio comprende la sede de una empresa es todavía más importante si cabe mantener la limpieza y la higiene. En primer lugar, porque por ese lugar pueden pasar cientos de personas cada día y es muy importante que, a efectos de limpieza y de imagen, el lugar presente un aspecto impoluto. Es importante tener esto en cuenta en todo momento si, además, sabemos que la limpieza es fundamental a la hora de conseguir una buena productividad en el trabajo, algo de lo que no todas las empresas pueden presumir.
La falta de limpieza e higiene ha derivado en varias tragedias en algunas ocasiones. Una de ellas es la que tuvo lugar en una prisión de Jaén, en la que uno de los funcionarios fue arrollado por uno de los presos, que conducía una carretilla, como consecuencia de una caída en los talleres del centro penitenciario. Este hecho fue confirmado por la página web Prevención Integral, quedando demostrado que cualquier falta limpieza puede ocasionar severos problemas en el seno de una empresa.
El portal web Salud Ocupacional también ha venido peleando desde hace tiempo por prevenir en la medida de lo posible este tipo de accidentes. En el artículo que enlazamos a continuación se destaca la importancia del aseo y la higiene del lugar de trabajo, una actividad importante y en la que todavía tenemos mucho que mejorar a día de hoy. La verdad es que esta ha sido la causa de muchos accidentes laborales y ya es la hora de ponerle freno a todas esas cuestiones. Cueste lo que cueste.
Las empresas que nos gustan son las que apuestan por mantener sus instalaciones cuidadas y bien limpias, una labor que no solo hace que su popularidad y su imagen estén mucho más altas que en el caso contrario, sino que además fomentan la seguridad de sus empleados y la habitabilidad de sus espacios. Todo esto es fundamental para las diferentes entidades (ya sean empresas grandes, medianas o pequeñas) y de eso se están dando cuenta sus gestores según nos comentan desde Servinet del Vallès. Por eso son más y más las entidades que destinan parte de sus recursos a este tipo de labores.
Riesgos de denuncia y mala publicidad
Mantener poco cuidadas las instalaciones no es un buen negocio por múltiples razones. Una entidad que no las cuida se expone de un modo muy importante a ser sancionada. En primera instancia porque una inspección sorpresa puede ser el preámbulo de una multa descomunal. En segundo lugar, porque es mucho mayor la probabilidad de que un trabajador o trabajadora sufra un accidente y entonces la empresa se enfrente a una denuncia por la cual algunos de sus responsables pueden acabar, incluso, entre rejas.
Todas las situaciones que hemos expuesto en el párrafo anterior tienen el mismo final: una mala publicidad para la entidad. La peor que se puede alcanzar en la actualidad, la de ser una empresa no solo que no se preocupa por la higiene, sino que no tiene la más mínima intención de velar por la seguridad de sus empleados y por los derechos que legítimamente estos tienen. No cabe duda de que, de encontrarse en una situación como esta, una empresa tendría mucho que perder y más bien poco que ganar.
Lo mejor de apostar por la limpieza es que adquiriendo esta costumbre nos aseguramos el evitarnos problemas en el futuro. La limpieza va a ser siempre un factor importantísimo, aunque vivamos en el año 2050 rodeados de robots y tecnologías. Ser capaces de tener un sistema o una empresa que deje nuestras instalaciones como nuevas será elemental para mostrarle al público nuestra pulcritud.
