La odisea de abrir un local

Abrir un negocio desde cero es un acto de valentía. Ya sea una cafetería, una peluquería, un estudio de arquitectura o una tienda de ropa, detrás de cada persiana metálica que se levanta hay meses incluso años de preparación, inversión y lucha contra una compleja maraña normativa. La adecuación de locales y la obtención de licencias de apertura se han convertido en uno de los mayores desafíos para los emprendedores urbanos, atrapados entre la ilusión de su proyecto y una administración que no siempre se muestra ágil ni clara.

Este reportaje explora las distintas etapas y obstáculos que enfrentan quienes desean abrir un local, desde la adecuación física hasta la obtención de las autorizaciones necesarias, pasando por la intermediación de técnicos, arquitectos y gestores. Una mirada crítica, pero constructiva, al sistema que regula la actividad comercial en las ciudades.

1. ¿Qué es una licencia de apertura y por qué es necesaria?

 

La licencia de apertura (también llamada licencia de actividad) es un permiso municipal que acredita que un establecimiento cumple con las condiciones de seguridad, salubridad, accesibilidad y compatibilidad urbanística necesarias para desarrollar una determinada actividad económica en un local.

No importa cuán pequeña o aparentemente inofensiva sea la actividad: desde una tienda de ultramarinos hasta un gimnasio, pasando por una oficina de diseño gráfico, todos necesitan este permiso para funcionar legalmente. No tenerlo puede conllevar sanciones administrativas, clausura del negocio y la imposibilidad de contratar determinados suministros (como la luz comercial).

La concesión de esta licencia depende del ayuntamiento correspondiente, y los requisitos varían en función del tipo de actividad (inocua o calificada), del tipo de inmueble, de la zona en la que se ubica y de la normativa urbanística local.

2. El proceso de adecuación del local: entre la idea y la obra

 

Antes incluso de solicitar la licencia, es necesario adecuar el local al uso previsto. Esto implica obras, instalaciones y modificaciones para cumplir con los requisitos técnicos que exigen los distintos reglamentos: Código Técnico de la Edificación (CTE), normativa contra incendios, accesibilidad para personas con movilidad reducida, ventilación, insonorización, etc.

Desde el estudio de arquitectura Mar Studio nos han aconsejado respecto al proceso de adecuación del local, asimismo de todas las licencias y permisos requeridas para poder realizar correcta y legalmente la apertura de un local comercial, a continuación explicaremos en detalle todo lo que has de saber al respecto:

2.1 Evaluación técnica inicial

 

Muchos emprendedores cometen el error de alquilar un local antes de consultar a un técnico. Sin embargo, no todos los locales son aptos para todas las actividades. Un espacio que sirvió como almacén podría no tener ventilación suficiente para una cocina, o un bajo comercial podría estar limitado por el plan urbanístico a actividades no ruidosas.

Es crucial realizar un estudio de viabilidad técnica antes de firmar un contrato de alquiler. Esta evaluación puede costar entre 200 y 600 euros, pero evita problemas mayores a posteriori.

2.2 Proyecto técnico

 

Una vez asegurada la viabilidad, es necesario redactar un proyecto técnico de actividad, elaborado por un arquitecto o ingeniero, donde se detallen las características del local, la actividad a desarrollar y las obras previstas. Este documento será la base para obtener las licencias y suele incluir:

  • Plano de situación y distribución.
  • Memoria descriptiva.
  • Justificación del cumplimiento normativo.
  • Estudio de impacto acústico.
  • Medidas de seguridad y evacuación.

El precio de un proyecto de este tipo varía según la complejidad, pero ronda entre los 1000 y 3000 euros.

2.3 Obras de adecuación

 

Con el proyecto aprobado, comienzan las obras de reforma. Estas pueden implicar desde una pintura y un cambio de suelos hasta la instalación de salidas de humos, rampas de acceso, baños adaptados o sistemas de detección de incendios. En muchos casos, se necesita también una licencia de obra menor o mayor, lo que implica nuevos plazos y costes.

3. Clasificación de actividades: inocuas y calificadas

 

Uno de los factores clave en la tramitación de una licencia de apertura es la clasificación de la actividad. Las administraciones suelen distinguir entre:

  • Actividades inocuas: Aquellas que no generan molestias significativas, residuos peligrosos ni riesgos para las personas o el medio ambiente. Por ejemplo, una papelería, una peluquería o una tienda de ropa.
  • Actividades calificadas o con impacto ambiental: Incluyen bares, talleres, cocinas industriales, discotecas, centros sanitarios, entre otros. Requieren más requisitos, informes técnicos, a veces informes ambientales, y un control más exhaustivo.

Esta clasificación no es siempre obvia. Por ejemplo, una cafetería con cocina puede considerarse actividad calificada, mientras que una sin cocina podría clasificarse como inocua. Este matiz puede cambiar por completo el procedimiento.

4. Tramitación de la licencia: burocracia y tiempos

 

Una vez finalizadas las obras, se debe presentar la solicitud de licencia al ayuntamiento correspondiente. Dependiendo del municipio y del tipo de actividad, puede hacerse mediante:

4.1 Declaración responsable

 

Este sistema permite iniciar la actividad desde el momento de la presentación de la documentación, bajo responsabilidad del titular, sin esperar la resolución municipal. Está pensado para agilizar las licencias de actividades inocuas.

Requiere presentar el proyecto técnico, certificado del técnico competente, pago de tasas y, en su caso, informe acústico o ambiental.

La ventaja es evidente: se puede abrir en pocos días. La desventaja es que la administración puede realizar inspecciones a posteriori y, si encuentra incumplimientos, imponer sanciones o cerrar el negocio.

4.2 Licencia previa (procedimiento ordinario)

 

Este procedimiento, obligatorio para actividades calificadas o que requieren informes de otras administraciones (Sanidad, Medio Ambiente, Patrimonio), implica esperar la resolución municipal antes de poder abrir. Los plazos pueden ir desde dos meses hasta más de un año.

Durante este tiempo, el local no puede operar, lo que genera costes fijos (alquiler, seguros, impuestos) sin ingresos. Algunos emprendedores han llegado a esperar más de 18 meses para obtener su licencia, especialmente en ciudades como Madrid o Barcelona.

5. Costes ocultos y profesionales implicados

 

Además del proyecto técnico y las obras, hay una serie de costes adicionales que el emprendedor debe tener en cuenta:

  • Tasas municipales, que varían entre 150 y 2000 euros, según el municipio y la superficie del local.
  • Honorarios de gestores, si se opta por contratar una empresa especializada.
  • Certificados acústicos, energéticos o sanitarios, exigidos en determinados casos.
  • Adecuaciones posteriores a requerimientos, si el ayuntamiento detecta deficiencias.

A esto se suman los profesionales implicados, cuya coordinación no siempre es fácil:

  • Arquitectos e ingenieros.
  • Técnicos en prevención de incendios.
  • Empresas de reformas.
  • Técnicos acústicos.
  • Gestores administrativos.

En total, el coste de adecuar y legalizar un local puede oscilar entre 5.000 y 50.000 euros, dependiendo del tipo de actividad y del estado inicial del espacio.

6. Testimonios reales: “Abrir mi cafetería fue una carrera de obstáculos”

 

Lucía Torres, joven emprendedora de 34 años, decidió abrir una cafetería en el barrio de Ruzafa, en Valencia. Lo que parecía un proyecto ilusionante se convirtió en un viacrucis burocrático.

“Encontré un local ideal, pero nadie me avisó de que necesitaba una salida de humos homologada. La instalación costaba más de 10.000 euros y tuve que paralizar todo. Además, el ayuntamiento tardó siete meses en contestar. Durante ese tiempo pagué alquiler sin poder abrir”.

Su caso no es único. Muchos empresarios relatan retrasos, cambios normativos repentinos y falta de coordinación entre departamentos municipales.

7. Los colegios profesionales y las gestorías especializadas

 

Ante la complejidad del proceso, muchos emprendedores recurren a gestorías especializadas o técnicos colegiados que conocen los procedimientos locales y pueden actuar como interlocutores ante la administración.

Algunos colegios profesionales (como los de arquitectos o ingenieros técnicos) ofrecen servicios de visado de proyectos y asesoramiento normativo, e incluso cuentan con listas de profesionales certificados que pueden encargarse del proceso completo.

Contar con un experto no solo agiliza el trámite, sino que evita errores que pueden salir muy caros: desde presentar documentación incompleta hasta instalar sistemas que luego no cumplen la normativa.

8. Reformas normativas: ¿hacia un modelo más ágil?

 

En los últimos años, se han producido reformas legislativas orientadas a simplificar la apertura de negocios, especialmente los pequeños. La ley de unidad de mercado y los decretos sobre declaración responsable han reducido la necesidad de licencias previas en muchas actividades.

Sin embargo, los expertos coinciden en que queda mucho por hacer. Cada ayuntamiento tiene su propia interpretación de las normas, lo que genera una gran inseguridad jurídica. Además, muchos procedimientos siguen requiriendo la intervención de varios departamentos (urbanismo, medio ambiente, bomberos, sanidad), lo que ralentiza todo.

9. El papel de la digitalización

 

Algunos municipios han implementado plataformas digitales para presentar solicitudes y seguir expedientes, lo que ha reducido los tiempos y ha hecho más transparente el proceso. Sin embargo, no todos los ayuntamientos cuentan con estos sistemas o los tienen suficientemente desarrollados.

Un estudio de 2023 de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) reveló que solo el 42% de los ayuntamientos de más de 50.000 habitantes permiten tramitar online las licencias de actividad. En los municipios pequeños, el porcentaje baja al 17%.

La digitalización es clave no solo para la agilidad, sino para la transparencia y trazabilidad de los procedimientos.

10. abrir un local no debería ser una gesta

 

Adecuar un local y obtener la licencia de apertura es, hoy por hoy, una de las principales barreras para la iniciativa empresarial en España. A pesar de los intentos de simplificación, la burocracia, la disparidad normativa y la falta de coordinación institucional siguen siendo obstáculos difíciles de sortear.

Quienes desean abrir un negocio deben prepararse para un proceso largo, técnico y costoso, en el que conviene estar bien asesorado desde el principio. Mientras tanto, las administraciones tienen la responsabilidad de facilitar y no entorpecer la actividad económica, especialmente en un contexto de crisis y necesidad de dinamismo comercial.

Abrir una persiana no debería ser una odisea. Pero en muchos casos, lo es.

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