Un día cualquiera cayó en mis manos un artículo en el que se decía que Portugal había sido elegido durante dos años seguidos, 2017 y 2018, como el mejor destino turístico del mundo en los premios World Travel Awards y que en los últimos años había batido de forma constante su récord de visitantes, situándolo en el año 2018 en 25 millones de personas. Además, según el Instituto para la Economía y la Paz en 2018 lo situó en el cuarto lugar de la lista de países más seguros del mundo. Y yo pensé, como español y habitante de la península ibérica, resulta que no conozco a mi país vecino… así que me decidí a que a esto había que ponerle rápidamente una solución y ya tengo destino escogido para mis próximas vacaciones… Lisboa, la capital de nuestro país vecino, Portugal.
Y tal como habíamos planeado cogimos nuestro coche e hicimos ruta hacia Lisboa, con tan mala suerte que cuando ya faltaban pocos kilómetros para llegar a nuestro destino una pequeña pieza mecánica del motor del coche falló… Pero lejos de frenar nuestra aventura, rápidamente me acordé de Desguaces Cascajo y de su tienda online, por lo que tan solo bastó con hacer una noche en el camino para que al día siguiente recibiésemos la pieza y, tras montarla nosotros mismos, pudimos continuar con nuestro viaje, por lo que si algún día tenéis un problema, os recomiendo su servicio ya que son súper rápidos. En este sentido y, como os digo, tras montar la pieza continuamos hacia Portugal y al llegar nos dispusimos a descubrir la ciudad con la seguridad de que tendríamos el coche en perfecto estado para la vuelta. Ya en Lisboa dejamos el coche a un lado y nos dispusimos a conocer todos los encantos de la ciudad, entre los que destacan:
- Monasterio de los Jerónimos. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en él destacan especialmente sus fachadas, la iglesia y los claustros. Su construcción se inició en 1501 y está ligado a la epopeya de los Descubrimientos, siendo considerado como la mejor obra de la arquitectura de estilo manuelino y el conjunto monástico portugués más notable de su tiempo.
- Torre de Belém. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983 por toda la historia que atesora y su singular arquitectura. Situada en la desembocadura del rio Tajo esta torre representa el esplendor y riqueza de la época de los descubrimientos portugueses. Construida entre 1514 y 1521 su estilo es claramente manuelino. Antiguamente formaba parte del sistema defensivo de la ciudad para evitar que ningún barco se pudiese adentrar río arriba.
- Castillo de San Jorge. En el pasado fue conocido como el Castelo dos Mouros (castillo de los moros) debido a que fue una fortificación de origen musulmán. Reconquistado en el siglo XII pasó a convertirse en Palacio Real hasta el año 1511. Actualmente se trata de uno de los monumentos más emblemáticos de Lisboa, está situado sobre la colina más alta que domina la ciudad, la colina de San Jorge, siendo declarado Monumento Nacional en 1910.
- Plaza del Comercio. En este lugar estuvo situado el Palacio Real durante más de 200 años, hasta que el gran terremoto de 1755 lo destruyó. Actualmente es un punto neurálgico de la ciudad y una de las plazas más importantes de Lisboa, testigo tanto de su vida cultural como de su vida política, como el 25 de abril de 1974 escenario de la llamada Revolución de los Claveles.
- Elevador de Santa Justa. Conocido como elevador do Carmo. Catalogado como Monumento Nacional, se trata de un ascensor vertical para unir dos zonas de la ciudad. Tiene 45 metros de altura y está realizado en hierro, iniciándose su construcción en 1900 y finalizó en 1902.
- Museo Nacional del Azulejo. Si hay algo que es típicamente portugués es el azulejo pintado en tonos blancos y azules. Su museo está ubicado en el precioso convento Madre de Deus de estilo manuelino, en donde se recoge toda la historia de este estilo decorativo desde su origen árabe hasta la actualidad.
- Museo de Carruajes. Situado en el antiguo picadero real, muy cerca del Monasterio de los Jerónimos, se halla uno de los museos más importantes del mundo de carruajes y carrozas antiguas que datan de los siglos XVII al XIX, entre las que destacan la más antigua del museo y que perteneció a Felipe III o las tres que pertenecieron al Papa Clemente XI.
La cocina portuguesa, otro gran descubrimiento
Lisboa destaca también por su cocina casera y tradicional donde uno de sus ingredientes estrella es el bacalhau (bacalao), preparado de las más diversas formas, bacalhau com natas, a la brasa, a la portuguesa, como pastel de bacalao, como caldeirada, buñuelos, pataniscas… Pero si el bacalao no te va también puedes probar su feixoada, cocido a la portuguesa, arroz con marisco, el frango, etc.