Beneficios que el sol produce en nuestra salud

Dice un viejo refrán popular que “donde entra el aire y el sol, no entra el doctor”, lo que alude a las excelentes cualidades del sol para la salud. Todos sabemos que el sol es fuente de vida y calor, porque nuestra estrella favorita del sistema solar es nuestra principal fuente de energía, la cual recibimos en forma de luz y calor.

Nuestro país disfruta de miles de horas de luz al día, siendo la Comunidad Autónoma de Andalucía una de las que mejores condiciones climatológicas tiene, y concretamente la provincia de Huelva es un lugar ideal para establecer nuestra primera o segunda residencia dada la cantidad de luz con la que cuenta cada día. Así, si vosotros también queréis disfrutar de las innumerables ventajas que nos da el sol, nosotros os recomendamos que os paséis por Inmodoñana, donde encontraréis, en venta y alquiler, decenas de viviendas de toda clase, desde apartamentos y pisos de segunda mano hasta promociones nuevas en la provincia de Huelva.

Y es que disfrutar del astro rey es un buen hábito de vida saludable porque tomar el sol unos minutos al día o la realización de paseos diarios al aire libre durante, al menos, unos quince minutos cada jornada puede repercutirnos en una serie de beneficios que nuestro sol genera sobre nuestro organismo, como pueden ser:

  • Favorece la generación de vitamina D, cuya producción se potencia gracias a los rayos UVB y su contacto con la piel, jugando un papel importante a la hora de absorber el calcio, por lo que es fundamental para la mineralización de los huesos y de los dientes. A la vitamina D se le denomina coloquialmente “la vitamina del sol”.
  • Ayuda a prevenir y controlar el acné. En casos severos como la psoriasis los rayos solares son determinantes para ayudar a remitir la enfermedad.
  • Disminuye la presión arterial. Cuando se dilatan las arterias se reduce la cantidad de sangre concentrada en los órganos, bajando así la presión arterial.
  • Mejora la respiración, especialmente en personas asmáticas. Niveles bajos de vitamina D se asocian con un empeoramiento de los síntomas asmáticos. Antes de que se descubrieran los antibióticos el único remedio que se conocía para el tratamiento de la tuberculosis eran los “baños de sol”.
  • Ayuda a rebajar el colesterol, favoreciendo la capacidad del trabajo cardiovascular. La Sociedad Española de Cardiología manifiesta que “frente a la exposición solar, se produce una reacción química que transforma el colesterol en vitamina D activa efectiva”, por lo que se reducen los niveles de HDL o colesterol malo.
  • Incrementa la respuesta del sistema inmunológico del organismo. El sol aumenta el número de glóbulos blancos, tanto los neutrófilos como los linfocitos, que son los encargados de protegernos contra una infección.
  • Mejora el sueño. Los rayos ultravioletas regulan la producción de melatonina, que es la hormona que ayuda a regular los ciclos del sueño. La luz solar reduce los niveles de melatonina, lo que ayuda a sentirse más despiertos.
  • Mejora el estado de ánimo. La radiación solar regula la producción de seratonina, un neurotransmisor que produce sensación de bienestar y disminuye el riesgo de depresión.

Aunque el sol es sumamente beneficioso para nuestra salud, también es importante tomar una serie de precauciones, como pueden ser:

  • Las mejores horas para tomar el sol es antes de las diez de la mañana y después de las seis de la tarde, evitando hacerlo en las horas centrales del día, ya que en ellas los rayos solares caen de forma perpendicular siendo más incisivos y dañinos.
  • Recuerda proteger la piel de los rayos solares más dañinos utilizando un protector solar, el cual deberá tener un factor de protección acorde al tipo de piel de nuestro cuerpo.
  • Debemos proteger nuestros ojos con unas gafas de sol adecuadas y utilizar también un sombrero o una gorra.
  • Si vamos a tomar un baño de sol no podemos olvidar hidratarnos adecuadamente para evitar mareos, insolaciones o un golpe de calor.

Las cifras del sol

Cuando hablamos del sol todas las cifras y datos que se manejan son desorbitantes. Astrológicamente el sol es la estrella más cercana a la tierra, a pesar de estar situada a unos 150 millones de kilómetros de nuestro planeta, y con su diámetro de 1,4 millones de kilómetros tendremos que decir que es, como mínimo, enorme. De su formación se calcula que tiene una antigüedad de unos 4.600 millones de años y que, en su núcleo, que alcanza una temperatura de más de 15,5 millones de grados centígrados, se producen reacciones de fusión en las que el hidrógeno se transforma en helio para generar su energía.

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