¿Es fácil ser feliz? Y si no lo es, ¿cómo de difícil puede llegar a resultarnos? ¿Gracias a qué elementos podemos llegar a afirmar que somos felices o que nos falta un puntito para llegar a dicha facilidad? Probablemente estas son las preguntas del millón para miles y miles de personas, preocupadas cada día por conseguir un poquito más de felicidad en forma de dinero, reconocimiento, reputación o cualquier propósito que hayan podido plantearse en algún momento de su vida.
Descubrir qué es lo que nos hace realmente felices es importante del mismo modo en el que es importante para terminar un problema reconocerlo primero. Y la felicidad puede deberse, para alegría de todos, en una buena variedad de cosas. Son muchos los debates al respecto y también son muchos los medios de comunicación que han tratado de dar una respuesta a esta pregunta, con más o menos acierto dependiendo de quién lea sus artículos.
Uno de esos medios que han puesto su granito de arena para hacerle ver a sus lectores los medios a través de los cuales se puede llegar a ser feliz es El Confidencial, que publicó un artículo el 13 de octubre de 2015 en el que hacía referencia a las 11 cosas que aseguran la felicidad según la OCDE. Entre esas cosas destacaba una, la que ocupaba la tercera posición en el artículo. No era otra que la de la vivienda. Y es que a El Confidencial no le faltaba ninguna razón: la vivienda es elemental para garantizar la felicidad y el bienestar de los ciudadanos.
Parece que todos los medios y las personas estamos de acuerdo en este sentido. Una de las mejores pruebas de ello es que, por poner un ejemplo, el portal web Mejor con Salud publicó otro artículo en el que hacía referencia a que conseguir una vivienda de nuestro agrado es algo así como la llave de la felicidad. Casi nada. La acción clave para conseguir ser feliz y dejar atrás cualquier tipo de problema o amenaza que sufra o pueda llegar a sufrir nuestra vida es elegir con cautela cuál queremos que sea nuestra vivienda dependiendo en gran medida de nuestra personalidad.
La vivienda, mucho más que ‘cuatro paredes’
Cuando nos hemos estado refiriendo a la vivienda en los párrafos anteriores nos hemos querido referir no sólo a los espacios en los que residen las personas, sino también todo lo que conllevan dichos espacios, todos los objetos que, de una u otra manera, están asociados a ellos. Y uno de ellos es el que componen los muebles, que juegan un papel fundamental a la hora de hacer realidad esa felicidad en nuestra vivienda.
Que los muebles se ajusten a las necesidades de las personas y a sus gustos es una de las cuestiones que más pueden contribuir a la felicidad de las mismas. Una diversidad de muebles, destinados a diferentes estancias y de características tan diferentes que, según este criterio, podrían ser los detonantes de la alegría no sólo de muchas personas, sino de muchas familias. Y, sin que haya lugar a ninguna duda, así lo son.
Y es que no hay mejor placer que el de conseguir el escritorio que alguien desea para su despacho. O el sillón que estaba deseando adquirir para su sofá. O esa mesa de cocina por la que suspiraba. Este tipo de cuestiones tiene un valor similar al de conseguir el piso o la vivienda perfecta, por lo que es totalmente necesario que le prestemos una atención similar. Es ahí donde puede estar el secreto de la felicidad.
Es evidente que existe una enorme cantidad de cosas que nos hacen posible tener la esperanza de ser feliz, lo cual es sin dudas el objetivo principal y primordial para el que venimos al mundo. La felicidad va mucho más allá del dinero, de la fama, del reconocimiento público de nuestro trabajo. Tan más allá va que lo tenemos en nuestra propia casa, rodeados de nuestros propios muebles. Sólo hace falta dar con esos muebles que, en función de nuestras necesidades y de la personalidad que profesamos, nos hagan sentir más cómodos, más alegres.