Si eres de esas personas que piensa que lo tradicional es lo que triunfa has clickado en el artículo adecuado, pues hoy vamos a hablar de evolucionar. Una de las cosas que me sorprendía en mi etapa universitaria era cuando los profesores iban a la raíz de la palabra para extraer un significado de manera diferente.
En una gran multitud de charlas de coaching he escuchado utilizar la palabra EXCELENTE, pero siempre de manera errónea. Los coaches, jefes y directivos utilizan la palabra en un sentido pletórico. Es decir, parece que se llene la boca al pronunciar excelente, todo con el fin de mejorar a un equipo o grupo de trabajadores. Pero como decían algunos profesores, vamos más allá.
Excelente es definido según la RAE como “que sobresale por sus ´óptimas cualidades” o “tratamiento de dignidad”, pero en realidad la definición nos aleja del punto al que queremos llegar. Hay que ver que la palabra viene del latín “excelles o excellentis”, si dividimos la palabra encontramos ex y celles.
Haciendo uso de nuestras lecciones de lengua española, podemos llegar a la conclusión de que el prefijo ex significa fuera, y celles quiere decir celda. Como vemos tenemos algo muy interesante, salir de la celda. Y aquí es dónde nos hacemos una pregunta de vital relevancia, ¿salir de qué celda?
La respuesta no es otra que el pensamiento, y por mucho que lo pienses esta no es una respuesta absurda, pues tiene que ver mucho con el tema que tratamos hoy, la evolución. Salir de la celda del pensamiento hace referencia a esa actitud por la cual no hacemos casos a nuestros miedos superficiales y profundos, que nos hacen pararnos o dudar a la hora de tomar una decisión importante o relevante para nuestra vida personal o profesional.
Y llegados a este punto es el momento de aplicar todo lo anterior al mundo empresarial, de una manera sencilla y práctica, con el fin de que nuestros lectores entiendan cómo evolucionar. Antes de poner ejemplos de evolución, tenemos que decir que se acerca una época importante, el verano. Esta estación del año supone para muchas empresas el pico más importante de trabajo, y esto es algo a tener en cuenta.
Cuando tenemos que tomar una decisión hay que tener en cuenta muchos factores, pero principalmente hay que tener en cuenta la opinión del cliente, que va a ser quien compre nuestro producto o contrate nuestro servicio. De otra manera nos encontraríamos en la situación tradicional de empresa que impone hábitos de consumo, y vamos a ver a continuación que esto no funciona para nada hoy en día.
El cliente busca la experiencia perfecta
El comportamiento del consumidor actual no tiene nada que ver con el de hace cinco años, y cada vez con más frecuencia cambia por rumbos diferentes. Un elemento de referencia para ver cómo han cambiado los hábitos de consumo está en la publicidad. La publicidad cambia a un ritmo fulgurante.
Si antes tener una valla publicitaria en pleno centro de la ciudad era la manera de decir a los consumidores “aquí estoy”, ahora no es más que un medio más para publicitarse. Ahora Internet ha tomado el mando de la publicidad, y a través de este medio se realizan las principales campañas publicitarias.
Esto es algo que ha entendido a la perfección el mundo de la moda, ya que a sabido dar a los consumidores justo lo que buscaban. Actualmente si entras en una de las grandes tiendas de moda, tendrás los mismos productos que en la página web, o mejor dicho, en la web tendrás más productos, ya que los stocks son mayores.
Incluso en las empresas mayoristas de moda encontramos cómo el cliente es el centro sobre el que pivotan las decisiones de la empresa. HHG es una empresa fabricante de ropa al por mayor de mujer y complementos, que lleva trabajando desde 1995. A pesar de que dispone de tiendas de ropa al por mayor, y también almacenes en ciudades como Madrid o Bilbao, e incluso en Argentina, también disponen de tienda online donde se puede ver toda su colección de ropa.
Para acabar, vamos a destacar que el cliente lo que está buscando actualmente no es comprar y punto. Busca una experiencia de compra que le haga sentir contento, no solo basta con vender, hay que informar del producto, ofrecer servicios complementarios y también adaptarse a los requerimientos individuales dentro de las posibilidades de cada empresa.