En pleno siglo XXI, cuando vas avanzamos estamos, es el momento en el que menos protección tenemos. ¿Por qué? Pues porque al mismo tiempo que avanzan las medidas de protección también lo hacen los hackers. Ahora mismo estamos en sus manos y si ellos quieren pueden cambiar el mundo. Solo hay que hacer un repaso a algunas noticias que provocaron un cisma. El pasado verano, un hacker robó documentos clasificados del ejército de los Estados Unidos porque uno de los routers tenía la contraseña por defecto.
Cuidado con el Wi-FI
Son muchos los motivos. Por ejemplo, el auge de las redes Wi-Fi ha propiciado la creación de dispositivos capaces de conectarse a Internet y transmitir o transferir datos dentro de una red. Este grado de conectividad es algo muy positivo, aunque también implica problemas inherentes: cada individuo conectado a Internet en el Planeta dispone de redes y datos propios que son susceptibles de robo por parte de hackers. Ahora mismo los datos son poder, por lo que los piratas están al acecho.
Para proteger los datos corporativos se debe realizar una auditoría de todos los datos e identificar qué parte de ellos son de dominio público y, por tanto, no deben permanecer protegidos, qué parte tienen una importancia media y no tendrán un gran impacto en su organización si se divulgasen (deberán estar protegidos con algún tipo de medida de seguridad) y, por último, qué datos son personales y los más importantes para su empresa. Ahora mismo es vital saberlo porque la ley de protección de datos puede poner importantes denuncias.
Los sitios web HTTPs cuentan con un certificado SSL/TLS instalado en el servidor. Este certificado cifra los datos transmitidos desde el navegador hasta el servidor –ya se trate de información personal o financiera transmitida a través del sitio o del contenido del propio sitio web.
Los hackers siempre buscan vulnerabilidades en el software que emplea su empresa. Una vulnerabilidad podría ser algo tan fácil como encontrar un punto de acceso a su red de Windows. Las empresas de desarrollo de software ponen todo su empeño en crear parches y actualizaciones que resuelven estas vulnerabilidades, por lo que es importante que actualice su software en cuanto se publique una versión nueva.
Email, el punto débil
El correo electrónico sigue siendo un punto débil para la ciberseguridad, cuyas principales amenazas son la pérdida o revelación de datos y los ataques de phishing. Te recomendamos que busque una solución de seguridad para su correo electrónico capaz de cifrar los mensajes en tránsito y entregados y verificar su origen.
La información corporativa y los procesos desarrollados por las compañías deben quedar a salvo en todos los departamentos del negocio.
Resulta imposible implementar un sistema preventivo que funcione al 100 %. Resultaría demasiado caro y poco realista. Es mejor realizar un estudio de riesgos que identifique los sistemas más importantes y los más vulnerables.
Punto de restauración
Todos los equipos deben tener su propio punto de restauración. Además de ello, hay que asegurarse de que funcionan correctamente. En caso de necesidad, podremos devolver la funcionalidad al dispositivo, regresándolo a un momento anterior a la aparición del problema.
Pero está claro que para poner esto en marcha hace falta una empresa profesional porque no es fácil de hacer. Es importante apoyarte en empresas que creen un protocolo de ciberseguridad, al estilo de Inforges, que crea un plan que se desarrolla para la seguridad informática de una empresa, con las mejores soluciones del mercado cómo nuestra auditoria informática. Son soluciones transformadas en servicios de pago por uso que te ayudarán a dar un salto cualitativo a un coste fijo, predecible y reducido.
Educación
Por eso hay que concienciar y educar sobre estas vulnerabilidades sobre cómo protegerse, así avanzaremos hacia un Internet más protegido frente a posibles ataques. El importe de un buen sistema de seguridad no debe verse como un gasto, sino como una inversión que puede ahorrar al empresario muchos quebraderos de cabeza y dinero. Y es que cada año son muchos los millones de euros que las empresas se gastan en tener que rectificar algún ataque sufrido por los piratas. Está claro que la llegada al siglo XXI ofrece muchas posibilidades, pero también la de estar atento y no bajar la guardia.